Marrón: Memorias / Rocío Quillahuaman
Vaig comentar en un sopar una cosa de Supersaurio i em van dir que aquest altre llibre de Blackie Books també estava molt bé. I així estic ara amb aquest Marrón de Rocío Quillahuaman, a veure què em trobo. Així de bones a primeres m’espero un llibre de memòries d’una persona peruana que porta temps ja establerta a Catalunya. Suposo que el punt de contacte amb Supersaurio és més o menys aquest, allà la protagonista-autora era nascuda a Marroc però crescuda completament a Les Canàries. Fa relativament poc que som un país que rep immigrants en lloc d’exportar-los, suposo que aquests tipus de testimonis aniran sent com més va més freqüents, també caldrà veure si resulten interessants més enllà del testimoni que aportin. No sé si aquesta darrera frase ha quedat gaire comprensible, en fi.
El llibre comença amb una mena de presentació de l’autora:
Nací en Lima pero no me considero limeña. Vivo en Barcelona pero no me siento barcelonina. Hago ilustraciones y animaciones para ganarme la vida pero no soy ni ilustradora ni animadora. He escrito este libro pero no puedo estar más lejos de lo que sea que signifique ser escritora. No sé qué buscan las escritoras cuando deciden escribir un libro. En mi caso, hace tres años me propusieron escribir este libro y dije que sí solo porque estaba buscando una única cosa.
Podría estar hablando del adelanto, pero me refiero a algo más importante que el dinero. Cuando me planteé si era buena idea escribir un libro sobre mi vida, todo apuntaba a que no lo era. ¿Quien va a querer leer que de niña vivía en un cerro y me aburría tanto que una vez me comí las legañas de mi perro? A nadie le va a interesar ninguna de mis insignificantes vivencias, pensaba. A nadie. Entonces me di cuenta. Cuando pensaba en “nadie”, no estaba pensando en qualquiera… ¡Estaba pensando en la gente blanca!
La raça aquí és important, i la representació que és una queixa constant de persones racialitzades, suposo que estem en el camí correcte, però encara costa i efectivament, en algunes sèries els personatges racialitzats semblen atrezzo quan no directament insultants.
Para mí, la representación es importante. ¡Cómo no va a serlo cuando te intentan borrar de todas partes! Enciendes la tele, ves una exitosa serie que trata diferentes tramas de adolescentes en un instituto público, y ninguno de los protagonistas es latino. ¿Cómo puede ser eso posible? Si has estudiado en un instituto público en Barcelona, sabes que estamos por todas partes. ¡Pero nunca nos retratarán como protagonistas! Seremos una sombra fuera de foco, al fondo, que alguna vez dirá un monosílabo. Los protagonistas serán ellos, y sus problemas serán los problemas importantes. Nosotras no existimos.
L’autora ve de Lima, però no de la part bona, de l’altra part de la ciutat, com totes les altres parts de les ciutats, no fa pas tants anys que coses com les que descriu les trobàvem, com qui diu, en sortir de casa, aquí mateix.
He buscado en Google Maps mi barrio antiguo de Lima, situado en el distrito de San Juan de Miraflores. Está igual que siempre. […] Si te paseas con el buscador por las calles de mi barrio parece que haya habido una gerra y solo queden los restos de las explosiones. Viendo las imágenes me da la sensación de que antes había más vida y menos pobreza que ahora. Me resulta desolador porque ojalá fuera al revés.
El primer any, el darrer curs de primària, nova ciutat, nova vida, nova escola… I un sentiment que l’acompanyarà, el sentir-se desubicada.
Todos mis amigos durante ese año escolar fueron latinos, todos. Fue mi año más latino. Niños y niñas inmigrantes de Ecuador, Colombia, Chile, Uruguay. También había niños españoles, evidentemente, pero para mí lo importante fue ver que había otros niños que estaban igual de desencajados que yo. Niños que habían sido arrancados de sus raíces, demasiado jóvenes para ser conscientes del desarraigo, y que habían madurado antes de tiempo, como yo. Podía reconocerme en sus caras y en sus miradas cuando llegaba ese momento desolador: cuando se acababan las clases y había que volver a casa. La escuela estaba en Cataluña, pero las casas eran sus países. A mí me pasaba así: cuando estaba en clases estaba en Barcelona, cuando llegaba a mi casa estaba en Lima, Perú.
Ràpidament s’adona que els llatins tenen fama de problemàtics, de conflictius… i se n’allunya. Contradictori? Potser, però els prejudicis no els ha inventat ella, s’hi adapta com pot.
Así era mi vida en el instituto, nunca estaba cien por cien con mis amigas catalanas y nunca estaba con los latinos, pero siempre estaba pensando en la vida que tenían y la tendría yo si me juntase con ellos. Siempre sentí que debía estar con ellos. No es que nunca hablase con ellos, nos teníamos vistos y nos saludábamos. Pero sabían que yo me juntaba con la gente catalana y supongo que no me veían como una de ellos, así que nunca dieron un paso más allá de saludarme. Ni yo tampoco, claro. Así que no estaba ni en un sitio ni en otro, como siempre.
Quan s’ha lluitat molt, quan s’ha viscut en unes circumstàncies dures, i tot i això es tira endavant s’és molt conscient de l’enorme fragilitat de tot plegat, de com de ràpidament es pot esfondrar tot i tornar al punt de partida.
Me da miedo que me vaya bien. “Todo me va bien” es sinónimo de “Todo se puede ir a la mierda en cualquier momento”. Me da miedo que todo se vaya a la mierda. Me da miedo romperme la mano y no poder pagar el alquiler. Si hablamos de dinero, todo es terror. Pienso mucho en el dinero.
Això m’ha sorprés, m’ho crec, lamentablement m’ho crec:
Lo de las manos no solo me pasa en el metro. Siempre que entre en una tienda, en un supermercado o en cualquier sitio en el que hay gente, me pasa lo mismo: tengo que enseñar las manos. Esta necesidad de demostrar que soy inocente todo el tiempo, este chip implantado en mi cabeza, me hace reflexionar constantemente sobre mi propia forma de ser. Sentirse una delincuente todo el rato es agotador.
La raça, el tema, i la seva lluita per encaixar…
Una mañana decidí acabar con la mancha. Me convencí de que era bueno que me la quitase, por salud. Esa fue la primera mentira. No, en realidad no quería que alguien la viese y me hiciera algún comentario. Esa fue la segunda mentira, porque en realidad sabía que los más probable era que nadie la notase porque no era grande. Lo que de verdad quería era limpiar la suciedad de mi piel, quería dejar de ser marrón. Quizás hasta quería dejar de ser peruana. Esto que ahora puedo escribir entre lágrimas es algo que entonces ni siquiera me hizo llorar porque no me permití pensarlo ni un segundo. Cuando froté con fuerza la mancha una y otra vez durante un buen rato, dejé la mente en blanco. No pensé en nada. Frotaba con ira, muy fuerte, y solo me concentraba en el dolor y el ardor. Cuando paré tampoco pensé en nada. Simplemente limpié la sangre y me pusé una tirita. No pensé en nada después. No pensé en nada al día siguiente, ni días ni meses después. Solo miraba la herida y recordaba lo que había hecho, pero no pensaba más allá. No quería pensar.
I ara una part que m’ha encantat. Treballo a biblioteques de Barcelona, i aquest reconeixement m’agrada molt:
Cuando llegué a Barcelona, mi realidad cambió y descubrí un nuevo refugio. Antes de tener un carnet de sanidad, tuve un carnet de la red de bibliotecas de Barcelona. Mi hermana me llevó a hacérmelo nada más llegar, quizá solo por la rapidez con la que se podía tener ese carnet con nuestros nombres y apellidos, y pronto empezamos a ir con frecuencia a curiosear. Las bibliotecas de Barcelona se convirtieron, desde entonces, en mi nuevo lugar seguro.
[…]La biblioteca de calle Garcilaso, que ya no existe, era un sitio impresionante para mí. Había libros, discos y películas de todo tipo y mesas, sofás y ordenadores donde poder consumirlos. Y, lo más importante: ¡era de acceso público! En Lima, los únicos discos y películas que teníamos eran copias piratas de los de verdad y tampoco teníamos demasiados.[…] poder acceder a todos los géneros musicales y a la cultura en general gracias a las bibliotecas de Barcelona cambió mi vida.
Els records de Lima són cada cop més llunyans, és un món que l’autora té present però cada cop més desdibuixat, tot i que coses com el racisme i el clasisme no són exclusius d’enlloc.
En Lima todo se sentía como extremos. Los ricos eran muy ricos y los pobres eran muy pobres. Los ricos solo se querían juntar con ricos y los pobres solo se debían juntar con otros pobres. En los barrios de los ricos se escuchaba música pop-rock y en los cerros, los pobres escuchaban cumbia. El racismo y el clasismo dirigían todos los aspectos de la vida cotidiana, incluso la música. Supe todo esto desde pequeña, aunque nadie me lo explicase. Cuando veía en la televisión a gente marrón como yo bailando, bailaban cumbia. Cuando salía gente blanca, hablaban del próximo concierto de U2. Si fuésemos a un centro comercial o a una tienda de la zona bien de Lima, sonaría música en inglés seguro. Si fuésemos al mercado de nuestro barrio sonaría alguna canción del Grupo Néctar. Y era así todo el tiempo, al final aprendías y asimilabas tan bien este concepto que si veías a una persona escuchando cumbia dabas por sentado que era pobre. No hacía falta que nadie me lo explicase con diapositivas, era una cosa clasista más que asimilar y añadir a la lista.
A més a més de no juntar-se amb els llatins, tampoc agafa una carrera “de les de veritat” i acaba treballant en un altre lloc on sent que no acaba d’encaixar.
Moverse en círculos de gente que tiene profesiones creativas significa que cuando voy a algún evento, casi siempre voy a ser la única chica marrón. Y yo siempre tengo ganas de gritar: ¿Dónde están los latinos? ¿Por qué no estoy yo con ellos? Nunca estaba cómoda porque siempre sentía que sobraba, que no debía estar ahí, que debía estar en otro sitio.
Però d’allà va anar al que l’ha feta famosa, o almenys relativament famosa que jo no la coneixia:
Dibujé todo lo mal que pude, a propósitco, porque quería escapar de la perfección. Quería hacer algo mal a conciencia. La frustración se había convertido en rabia y la rabia en creatividad. Creé videos en los que maldije, insulté y grité cómo me sentía sin preocuparme de si eso era lo correcto o no. Contra todo pronóstico, fue un éxito. Por primera vez hacía algo que era contrario a lo que debía hacer y no sentía que estuviera fracasando al hacerlo. Era la primera vez que disfrutaba saltándome las normas. […] Mi madre me dijo que la prueba de que estaba haciendo algo bueno era que a mi antiguo jefe no le gustaba.
Recordeu el primer fragment, els interrogants que obre i planteja allà queden resposts ara, tota aquesta revisió, aquest anar buscant i remirant els seus orígens i els seus records i les seves sensacions, aquesta teràpia si voleu, té aquest resultat:
Soy peruana, sóc barcelonina y soy marrón. Me seguirán persiguiendo los guardias de seguridad, me seguirán confundiendo con una ladrona, me seguirán soltando comentarios sobre mis rasgos andinos, seguirán diciéndome que todas las peruanas somos iguales, no creo que me vuelva a pasar que acuchillen un peluche delante de mí, pero quién sabe. En definitiva, soy consciente de que seguiré viviendo todos estos placenteros momentos pero también sé que lo haré con una actitud diferente. Ahora que soy dueña de mi propia historia y sé quién soy, voy a liarme a hostias con todos.
Bueno, no, pero voy a enfrentarme a ellos con más valentía. Como hago con mis animaciones, pero en la vida real.
Un llibre molt interessant, no tant com “història d’una immigrant que s’integra i se’n surt” però sí com una persona que se’n surt tot i que no deixen de recordar-li des de tot arreu que no és com “nosaltres”, que no és d’aquí i que és sospitós que tregui bones notes o que treballi en coses que no se suposa que són les que li toquen… Un llibre interessant per quan ens pregunten si som o no som racistes, la resposta és que sí, el primer pas per arreglar-ho és reconèixer-ho, per això testimonis com aquest són necessaris, i que està ben escrit que ara em sembla que conegui a l’autora de tota la vida, cosa que no és el cas.
I per cert, un altre encert de Blackie Books, déu n’hi do quin catàleg!
A la Rocio li aniria bé saber que en un altre lloc, el color i l’ètnia (que no la raça) poden ser factors importants de segregació, però que a Catalunya és normal que algú del color que sigui que parla català amb fluïdesa, és català. Acabat d’arribar pot ser considerat més català que no algú que du 40 anys aquí I no sap o no vol dir un borrall en català.
Bé, aquesta és la teoria, però els prejudicis lamentablement també hi són i la nostra societat no n’està pas lliure. El parlar català sí que és un gran signe d’integració, en això estic d’acord.